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La polémica sigue viva en relación al partido de Champions League entre el Atlético de Madrid y el Real Madrid. El entrenador del Atlético, Diego Simeone, ha expresado su profunda frustración y desacuerdo con la decisión arbitral que concedió un penalti a favor del Real Madrid, obra del joven delantero argentino Julián Álvarez. En declaraciones contundentes, Simeone calificó la jugada como "ultrajada y violentada", afirmando que es algo "ni se entiende ni se entenderá".

El incidente, que ocurrió en el primer partido de la serie, ha generado un intenso debate en el mundo del fútbol. Tras el encuentro, se analizaron exhaustivamente las imágenes de la jugada, y la IFAB (International Football Association Board), el organismo encargado de establecer las reglas del juego a nivel mundial, confirmó que el penalti debió ser anulado. Esta confirmación ha alimentado aún más la indignación del Atlético de Madrid y de su afición.

Simeone, conocido por su pasión y entrega en el banquillo, no se mordió la lengua al expresar su opinión. En una rueda de prensa posterior al partido, el técnico argentino fue claro y directo: "Hemos sido perjudicados de manera flagrante. El penalti fue inexistente y la decisión arbitral ha sido inaceptable. No solo afecta al resultado del partido, sino que también daña la imagen de la competición".

La controversia ha trascendido las fronteras españolas, generando reacciones en todo el mundo. Muchos analistas deportivos coinciden en que la decisión arbitral fue errónea y que pudo haber cambiado el rumbo del encuentro. El Atlético de Madrid, por su parte, ha presentado una queja formal ante la UEFA, solicitando una revisión del incidente y una sanción para el árbitro.

La situación se complica aún más considerando la importancia del partido y la rivalidad histórica entre el Atlético de Madrid y el Real Madrid. La eliminación de un equipo como el Atlético en una decisión tan controvertida podría tener consecuencias negativas para el fútbol español en general. Simeone, consciente de la magnitud del problema, ha instado a sus jugadores a mantener la concentración y a luchar con uñas y dientes en el partido de vuelta, con la esperanza de remontar la desventaja y clasificar a la siguiente fase de la Champions League.

En definitiva, la polémica del penalti de Julián Álvarez ha dejado una profunda huella en el Atlético de Madrid y en el mundo del fútbol. La declaración de Simeone refleja la frustración y la indignación de un equipo que se siente perjudicado por una decisión arbitral que considera injusta. La esperanza del Atlético reside en la capacidad de sus jugadores para superar este revés y demostrar su valía en el campo.