El Arte de la Paciencia en la Política: Lecciones de Antonio Cánovas del Castillo para el Éxito Venezolano

2025-08-23
El Arte de la Paciencia en la Política: Lecciones de Antonio Cánovas del Castillo para el Éxito Venezolano
La Razón

En el vertiginoso mundo de la política venezolana, donde las emociones a menudo nublan el juicio y las decisiones impulsivas pueden tener consecuencias desastrosas, las palabras de Antonio Cánovas del Castillo resuenan con una claridad sorprendente. El astuto político español, conocido por su longevidad en el poder y su habilidad para navegar por aguas turbulentas, nos legó una valiosa lección: en política, la prudencia y la previsión son armas más poderosas que la impulsividad y la reacción inmediata.

Cánovas del Castillo, un maestro en el arte de la gobernanza, entendía que la política no es un torbellino de eventos aleatorios, sino un juego estratégico que requiere paciencia, observación y la capacidad de anticipar los movimientos del oponente. Su famosa frase, «aguardar con paciencia y previsión una sorpresa... que habrá que aprovechar prontamente» en el momento oportuno, encapsula la esencia de su filosofía política.

Pero, ¿qué significa realmente esta idea en el contexto de Venezuela, un país que ha experimentado décadas de inestabilidad política, crisis económicas y polarización social? Significa, en primer lugar, la necesidad de resistir la tentación de reaccionar de manera impulsiva ante las crisis. En lugar de dejarse llevar por el pánico o la ira, los líderes deben tomarse el tiempo para analizar la situación con calma y objetividad, identificar las causas subyacentes del problema y considerar las posibles consecuencias de cada acción.

En segundo lugar, la prudencia implica la capacidad de anticipar los acontecimientos. Esto requiere una comprensión profunda de la dinámica política del país, así como una capacidad para leer entre líneas y detectar las señales de advertencia que pueden indicar cambios en el panorama político. Los líderes prudentes no se limitan a reaccionar ante los eventos, sino que se esfuerzan por anticiparlos y prepararse para ellos.

Finalmente, la previsión implica la capacidad de aprovechar las oportunidades que se presentan. Las “sorpresas” a las que se refiere Cánovas del Castillo no son necesariamente eventos negativos, sino también oportunidades inesperadas que pueden ser aprovechadas para avanzar en la agenda política. La clave es estar atento a estas oportunidades y tener la capacidad de actuar con rapidez y decisión cuando se presenten.

En Venezuela, la aplicación de estos principios de prudencia y previsión podría conducir a una gobernanza más estable y efectiva. Imaginemos un escenario en el que los líderes políticos, en lugar de polarizarse y enfrentarse mutuamente, se toman el tiempo para escuchar las preocupaciones de todos los sectores de la sociedad y buscar puntos en común. Imaginemos un escenario en el que, en lugar de reaccionar impulsivamente ante las crisis económicas, los líderes implementan políticas económicas sólidas y sostenibles que promuevan el crecimiento y la estabilidad. Imaginemos un escenario en el que, en lugar de ignorar las señales de advertencia de la polarización social, los líderes toman medidas para promover el diálogo y la reconciliación.

La prudencia y la previsión no son sinónimos de pasividad o indecisión. Al contrario, son cualidades esenciales para cualquier líder que aspire a construir un futuro mejor para su país. En Venezuela, donde la historia ha demostrado una y otra vez los peligros de la impulsividad y la falta de visión, las lecciones de Antonio Cánovas del Castillo son más relevantes que nunca. Es hora de que los líderes venezolanos adopten el arte de la paciencia y la previsión, y se conviertan en arquitectos de un futuro más próspero y estable para todos los venezolanos.

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