El Tren vs. la Autopista: ¿Por Qué Europa Olvida el Romance Ferroviario?

2025-05-21
El Tren vs. la Autopista: ¿Por Qué Europa Olvida el Romance Ferroviario?
Milenio.com

En Europa, existe una nostalgia palpable por los viajes en tren. ¿Recuerdas la elegancia de un viaje en tren, saboreando una deliciosa comida mientras te relajas en un camarote confortable, viendo el paisaje nocturno pasar? Era una experiencia civilizada, un escape del ajetreo diario. Sin embargo, en las últimas décadas, algo ha cambiado. La red ferroviaria, una vez orgullo de Europa, ha sido relegada a un segundo plano mientras la infraestructura de autopistas se expande sin control.

La obsesión por las autopistas no es nueva. Impulsada por el auge del automóvil y la necesidad percibida de una movilidad rápida y eficiente, la Unión Europea ha invertido masivamente en la construcción de carreteras y autopistas. Esta inversión, aunque comprensible en términos económicos a corto plazo, ha tenido consecuencias negativas para el transporte ferroviario.

¿Por qué este cambio de paradigma? La respuesta es compleja y multifacética. En parte, se debe a la influencia de la industria automotriz y de combustibles, que ha ejercido una presión constante para priorizar el transporte por carretera. También ha jugado un papel la percepción de que las autopistas son más flexibles y adaptables a las necesidades individuales, permitiendo a los conductores viajar a su propio ritmo y destino.

Pero la realidad es que la dependencia excesiva de las autopistas está generando problemas. La congestión del tráfico es cada vez más común, especialmente en las grandes ciudades y durante los períodos de vacaciones. La contaminación del aire y el ruido son un problema creciente, afectando la salud pública y la calidad de vida. Y la huella de carbono del transporte por carretera es significativamente mayor que la del transporte ferroviario.

Además, hemos perdido algo esencial: la experiencia del viaje en sí. Un viaje en tren ofrece la oportunidad de relajarse, leer, socializar o simplemente contemplar el paisaje. Es una forma de viajar más sostenible, más eficiente y, a menudo, más agradable.

¿Es demasiado tarde para salvar el tren? No necesariamente. Existe un creciente interés en revitalizar las redes ferroviarias europeas, invirtiendo en nuevas líneas de alta velocidad, mejorando la infraestructura existente y promoviendo el turismo ferroviario. La pandemia de COVID-19 ha puesto de manifiesto la importancia de la movilidad sostenible y ha impulsado a muchos a reconsiderar sus hábitos de viaje.

La Unión Europea tiene la oportunidad de corregir el rumbo y priorizar el transporte ferroviario como una alternativa viable y atractiva al transporte por carretera. Es hora de recordar el encanto y la eficiencia del tren, y de invertir en un futuro más sostenible y conectado para Europa.

El arrepentimiento es palpable. ¿Será que Europa volverá a abrazar el romance del tren?

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