México: Una Oportunidad para Replantear la Relación con Estados Unidos y Proteger a sus Ciudadanos

2025-03-01
México: Una Oportunidad para Replantear la Relación con Estados Unidos y Proteger a sus Ciudadanos
San Diego Union-Tribune

La relación entre México y Estados Unidos es crucial para la estabilidad económica y la seguridad de ambas naciones. Sin embargo, la actual dinámica a menudo se basa en concesiones unilaterales por parte de México. Es hora de que México adopte una postura más audaz y estratégica en sus políticas hacia Estados Unidos, buscando un intercambio justo y equitativo que beneficie a ambos países.

Durante años, México ha sido percibido como un socio dispuesto a ceder ante las demandas de Estados Unidos en temas de seguridad fronteriza y migración. Si bien la cooperación es esencial, México debe comenzar a exigir a cambio medidas concretas que protejan los derechos y el bienestar de los mexicanos que viven y trabajan en Estados Unidos.

Uno de los puntos más apremiantes es la defensa de los beneficiarios del programa DACA (Deferred Action for Childhood Arrivals), jóvenes que llegaron a Estados Unidos siendo niños y han crecido como parte integral de la sociedad estadounidense. Estos jóvenes contribuyen significativamente a la economía y merecen una vía permanente hacia la residencia legal. México debe presionar activamente para que se les otorgue esta oportunidad, recordando a Estados Unidos su compromiso humanitario y su necesidad de mano de obra calificada.

Además, es fundamental ampliar las vías legales para la migración laboral mexicana. Estados Unidos enfrenta una escasez de trabajadores en diversos sectores, desde la agricultura hasta la construcción, y los mexicanos han sido históricamente una fuente vital de mano de obra. Al facilitar la migración legal, se alinea la movilidad laboral con las necesidades económicas de Estados Unidos, al tiempo que se reduce la migración irregular y se protegen los derechos de los trabajadores.

Esta postura audaz no implica ruptura en las relaciones diplomáticas, sino una renegociación de los términos de la cooperación. México puede ofrecer su experiencia en la gestión de fronteras y el combate al crimen organizado, a cambio de garantías para sus ciudadanos en Estados Unidos y una mayor participación en la toma de decisiones que afectan a la región.

La clave está en pasar de una relación de dependencia a una de colaboración estratégica. México debe dejar claro que su cooperación no es incondicional y que espera recibir a cambio un trato justo y respetuoso para sus ciudadanos. Al hacerlo, no solo fortalecerá su propia posición, sino que también contribuirá a una relación más equilibrada y beneficiosa para ambas naciones.

En conclusión, es tiempo de que México asuma un rol más activo y audaz en su relación con Estados Unidos, priorizando la protección de sus ciudadanos y la búsqueda de una cooperación mutuamente ventajosa. Este nuevo enfoque no solo fortalecerá la economía mexicana, sino que también promoverá una relación más justa y sostenible en el largo plazo.

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