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En un llamado urgente y contundente, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, ha instado a Europa a abrazar una ola radical de integración en materia de seguridad y defensa. Desde la frontera, Zelenski, quien parece ser testigo directo del retorno de la Historia, ha enfatizado la necesidad imperiosa de una respuesta unificada y robusta ante las crecientes amenazas a la seguridad del continente. Su mensaje resuena con ecos del pasado, recordando el momento en que Donald Tusk asumió la presidencia del Consejo Europeo en 2014, cuando también se habló del retorno de la Historia, marcando un punto de inflexión en la política europea.

La guerra en Ucrania ha expuesto las vulnerabilidades y las deficiencias de la arquitectura de seguridad europea, demostrando que la dependencia de la buena voluntad de terceros y la fragmentación interna son recetas para el desastre. Zelenski argumenta que la única manera de proteger a Europa de futuras agresiones es a través de una integración más profunda y efectiva en todas las áreas relacionadas con la defensa, desde la producción de armamento hasta la coordinación de las políticas de seguridad.

¿Qué implica esta radical integración? Zelenski no está abogando por una simple armonización de políticas, sino por una transformación fundamental en la forma en que Europa aborda la seguridad. Esto podría incluir:

• Fondo Europeo de Defensa Común: Un presupuesto dedicado a la investigación, desarrollo y producción de armamento y tecnología militar europea, reduciendo la dependencia de proveedores externos.
• Fuerzas Armadas Europeas Integradas: La creación de fuerzas militares conjuntas, capaces de desplegarse rápidamente en cualquier parte del continente para responder a crisis y amenazas.
• Inteligencia Compartida y Ciberseguridad: Una mayor cooperación en la recopilación y el análisis de información, así como en la protección contra ataques cibernéticos.
• Política Exterior y Defensa Unificada: Una política exterior y de defensa común, coordinada por una institución europea fuerte, capaz de actuar con voz única en el escenario internacional.

Zelenski reconoce que este proceso no será fácil. Requiere superar resistencias políticas, intereses nacionales contrapuestos y la inercia burocrática. Sin embargo, insiste en que el precio de la inacción es mucho mayor. La historia nos ha demostrado repetidamente que la complacencia y la división conducen a la guerra y al sufrimiento.

El llamado de Zelenski llega en un momento crucial para Europa. La guerra en Ucrania ha despertado a muchos de la ilusión de que la paz y la estabilidad son algo garantizado. Ahora, más que nunca, Europa necesita demostrar que es capaz de protegerse a sí misma y de defender sus valores. La integración en seguridad y defensa no es una opción, sino una necesidad existencial. El futuro de Europa depende de ello.

La visión de Zelenski, aunque ambiciosa, es un faro de esperanza en un continente que se enfrenta a desafíos sin precedentes. Si Europa logra responder a su llamado, podrá construir un futuro más seguro, próspero y pacífico para todos sus ciudadanos. El retorno de la Historia nos exige actuar con valentía y determinación.