El Misterio de la Devoción de Pablo Escobar: ¿Santo Niño de Atocha, Amuleto o Fe Genuina?

2025-04-17
El Misterio de la Devoción de Pablo Escobar: ¿Santo Niño de Atocha, Amuleto o Fe Genuina?
Infobae

Pablo Escobar, el infame narcotraficante colombiano, es una figura envuelta en controversia y leyendas. Más allá de su despiadada reputación y el poderío de su imperio del narcotráfico, existe un aspecto poco conocido de su vida: su profunda devoción al Santo Niño de Atocha, una figura religiosa venerada en Colombia y otros países de Latinoamérica.

¿Fue esta devoción una simple muestra de piedad, o existía una conexión más profunda, quizás incluso una creencia en poderes sobrenaturales que lo protegían de la justicia? A pesar de los rumores de brujería y rituales oscuros, quienes lo conocieron afirman que Escobar era un hombre de fe, un creyente que encontraba consuelo y esperanza en la imagen del Niño Jesús.

Un Vínculo Inquebrantable

La historia de la devoción de Escobar por el Santo Niño de Atocha comenzó en su juventud. Se dice que durante una época de dificultades económicas, Escobar hizo una promesa al Niño: si lograba prosperar, le construiría un templo en su honor. Y cumplió su promesa. En su lujosa hacienda La Catedral, construyó un altar dedicado al Santo Niño, con una imagen de oro y zafiros, valorada en millones de dólares. La imagen se convirtió en el centro de la vida religiosa de Escobar y su familia.

Más Allá de la Imagen: Un Hombre de Fe

Aquellos que conocieron a Escobar, incluyendo a sus familiares y allegados, lo describen como un hombre que rezaba con frecuencia y que encontraba paz en la fe. Aunque su vida estuvo marcada por la violencia y el crimen, él mismo expresaba su creencia en la protección divina. Algunos testimonios sugieren que Escobar consideraba al Santo Niño de Atocha como un protector y un guía en medio de la tormenta que era su vida.

El Mito de la Brujería: ¿Realidad o Rumor?

La leyenda de que Escobar utilizaba la brujería y la magia negra para evadir a las autoridades y proteger su imperio ha sido ampliamente difundida. Se cuentan historias de rituales, amuletos y pactos con fuerzas oscuras. Sin embargo, muchos de estos relatos carecen de pruebas concretas y son producto de la exageración y la imaginación popular.

Es cierto que Escobar era un hombre obsesionado con el control y el poder, y que buscaba cualquier ventaja que pudiera obtener. Pero no hay evidencia sólida que demuestre que recurrió a la brujería de manera sistemática. Es más probable que su devoción al Santo Niño de Atocha, junto con otras prácticas religiosas, fuera una forma de encontrar consuelo y esperanza en un mundo lleno de incertidumbre y peligro.

Un Legado Contradictorio

La historia de la devoción de Pablo Escobar al Santo Niño de Atocha es un reflejo de la complejidad y las contradicciones de su personalidad. Un hombre capaz de cometer actos de violencia inimaginables, pero también un hombre de fe que encontraba refugio en la religión. Su legado sigue siendo objeto de debate y controversia, pero su devoción al Niño Jesús es un capítulo fascinante y poco conocido de su vida.

La imagen del Santo Niño de Atocha, que una vez adornó el altar de Escobar, se encuentra actualmente en manos de la Iglesia Católica, un símbolo de la redención y la esperanza en medio de la oscuridad.

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