Salud y Género: La ONU Debe Priorizar una Atención Centrada en la Persona para un Futuro Equitativo

Durante demasiado tiempo, las políticas de salud y las iniciativas de igualdad de género han adoptado un enfoque de talla única. Si bien estas políticas pueden haber tenido cierta efectividad, a menudo no logran abordar las complejas y variadas necesidades de las personas. La realidad es que cada individuo es único, con su propia historia, experiencias y circunstancias. Un enfoque centrado en la persona reconoce esta individualidad y adapta las intervenciones para satisfacer las necesidades específicas de cada persona.
En el contexto de la salud, esto podría significar proporcionar servicios de salud personalizados que tengan en cuenta la situación socioeconómica, el nivel educativo y las creencias culturales de un paciente. En el ámbito de la igualdad de género, podría implicar diseñar programas que aborden las barreras específicas que enfrentan las mujeres y las niñas en diferentes contextos, como el acceso a la educación, el empleo y la atención médica.
La transición hacia un enfoque centrado en la persona no está exenta de desafíos. Uno de los principales obstáculos es la falta de recursos y la infraestructura necesaria para recopilar y analizar datos sobre las necesidades individuales. También existe la necesidad de capacitar al personal de salud y a los trabajadores sociales para que puedan brindar una atención personalizada. Además, es fundamental abordar los estereotipos de género y las desigualdades sociales que pueden dificultar el acceso a los servicios.
La ONU tiene un papel fundamental que desempeñar en la promoción de un enfoque centrado en la persona en la salud y la igualdad de género. Esto podría incluir:
- Establecer estándares internacionales para la atención centrada en la persona.
- Brindar apoyo técnico y financiero a los países en desarrollo para que puedan implementar programas personalizados.
- Promover la investigación sobre las mejores prácticas en atención centrada en la persona.
- Sensibilizar sobre la importancia de este enfoque entre los formuladores de políticas y el público en general.
Adoptar un enfoque centrado en la persona no solo mejorará la salud y la igualdad de género, sino que también tendrá un impacto positivo en otros aspectos del desarrollo sostenible. Una población sana y empoderada es más productiva, más innovadora y más resiliente. Al invertir en el bienestar integral de las personas, la ONU puede ayudar a construir un futuro más equitativo y sostenible para todos.
La próxima reunión de la ONU ofrece una oportunidad única para impulsar un cambio significativo en la forma en que abordamos la salud y la igualdad de género. Al priorizar una atención centrada en la persona, podemos garantizar que las políticas y los programas sean más efectivos, más relevantes y más respetuosos con la dignidad humana. Es hora de dejar atrás las soluciones genéricas y abrazar un enfoque que ponga a las personas en el centro de todo lo que hacemos. La salud y la igualdad de género no son solo derechos; son la base de una sociedad justa y próspera.