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El aumento de la temperatura global está modificando los ecosistemas y la disponibilidad de recursos, lo que a su vez tiene un impacto significativo en la salud humana. En el caso de nuestro sistema digestivo, el calor extremo favorece la proliferación de bacterias y parásitos que pueden causar diversas enfermedades. Además, las olas de calor pueden debilitar el sistema inmunológico, haciéndonos más vulnerables a estas infecciones.

La alteración de los patrones climáticos también afecta la producción de alimentos, lo que puede llevar a cambios en nuestra dieta. El consumo de alimentos contaminados o mal procesados aumenta el riesgo de enfermedades gastrointestinales. Asimismo, la escasez de agua potable, exacerbada por el cambio climático, obliga a muchas personas a consumir agua de fuentes inseguras, lo que incrementa la exposición a patógenos.

El informe de Time señala un incremento en la incidencia de varias patologías, entre ellas:

• Diarrea: Causada por bacterias, virus o parásitos, la diarrea es una de las enfermedades gastrointestinales más comunes, especialmente en niños y personas con sistemas inmunológicos debilitados.
• Cólera: Una infección bacteriana grave que causa diarrea acuosa y vómitos, la cólera se propaga a través del agua contaminada.
• Salmonelosis: Una enfermedad transmitida por alimentos contaminados, la salmonelosis causa fiebre, diarrea y calambres abdominales.
• Hepatitis A: Una enfermedad viral que afecta al hígado, la hepatitis A se transmite a través del agua y los alimentos contaminados.

Afortunadamente, existen medidas que podemos tomar para protegernos de estas enfermedades:

• Lávate las manos frecuentemente: Con agua y jabón, especialmente antes de comer y después de ir al baño.
• Consume agua potable: Asegúrate de que el agua que bebes sea segura. Si tienes dudas, hiérvela o utiliza un filtro adecuado.
• Lava bien los alimentos: Antes de consumirlos, especialmente las frutas y verduras.
• Cocina bien los alimentos: Especialmente la carne y el pescado.
• Evita consumir alimentos en lugares de dudosa higiene: Opta por establecimientos que cumplan con las normas de seguridad alimentaria.
• Vacúnate contra la hepatitis A: La vacuna es segura y efectiva.

El aumento de las enfermedades intestinales relacionadas con el cambio climático es una seria preocupación de salud pública. Es fundamental que tomemos conciencia de los riesgos y adoptemos medidas preventivas para proteger nuestra salud digestiva y la de nuestras familias. Además, es necesario que los gobiernos y las instituciones trabajen juntos para mitigar los efectos del cambio climático y garantizar el acceso a agua potable y alimentos seguros para todos.